La luna es una representación simbólica del viaje del alma hacia ser completa en ella misma. Esta Rueda de sanación describe un circuito de energía entero, sin inicio ni final, aunque nosotros la dividamos en 5 componentes primarios que llamamos estaciones para poder entender mejor su funcionamiento y aplicarlo.
Luna Decreciente:
AGUA: Centramos la mirada hacia nuestro interior, haciendo inventario espiritual para identificar las áreas donde mostramos desequilibrios y patrones de conducta nocivos que formen parte de nuestra vida diaria. Reconocemos las creencias negativas que nos imponemos a nosotros mismos sobre nuestras habilidades y nuestro valor. Bajamos de manera consciente al reino de la Sombra para poder entender cómo se manifiestan nuestros miedos y dolor y cómo controlan directamente nuestra vida.
Confrontación, Luna Oscura:
Tierra: Ahora buscamos la raíz que nos causa las heridas y los desequilibrios que hemos identificado en la estación anterior. Los patrones inconscientes nos controlan, cuando damos un nombre al problema nos liberamos, tomamos el primer paso para crear un cambio permanente. Una vez desvelado lo que mora en la oscuridad de la sombra, tenemos que trabajar para reclamar estas energías que están atadas y estancadas en estos patrones negativos. El trabajo de esta estación es ver los aspectos de sombra en nosotros como lo que realmente son, y confrontar estos miedos, tocarlos y entender por qué reaccionamos de la manera en la que lo hacemos. Llevamos luz a la oscuridad, a estas raíces oscuras y al tocarlas las transformamos. Tomamos un paso consciente para caminar un camino energético distinto.
Emerger, Luna Creciente:
AIRE: Ahora lo que queremos es redirigir estas energías estancadas, liberarlas de los motivos inconscientes de la sombra y usarlas para empoderarnos. Trabajamos ahora preparando el camino que tenemos que hacer para desatar el potencial de nuestros dones internos, para manifestar nuestros deseos y sueños; para vivir desde nuestro centro verdadero. Pedimos guía e inspiración, plantamos las semillas para nuestro cambio, para llegar a ser las mujeres y los hombres que nacimos para ser.
Resolución, Luna Llena:
FUEGO: Ahora reconocemos y celebramos el crecimiento y el cambio que hemos sido capaces de manifestar en nuestras vidas. Aún tenemos mucho que hacer, pero es importante reconocer nuestras victorias y honrar los progresos que hacemos. Cada paso que tomamos hacia la soberanía interior. El trabajo de esta estación es buscar resolución al problema o situación concreta que hemos trabajado, manteniendo en mente que debemos continuar el camino para no volver a los patrones negativos tan integrados en nuestra psique. Miramos la sombra desde una perspectiva diferente, y con confianza en nuestras capacidades para curarnos. Nuestras visión está afinada porque hemos deshecho las ilusiones con las que nos veíamos. Ahora cambiamos el mundo cambiando nosotros.
Integración, el Ciclo:
ESPÍRITU: Integramos lo que hemos aprendido de manera más consciente, continuamos reforzando y tejiendo la nueva conducta y el nuevo patrón. Damos gracias mientras estamos en este espacio entre el trabajo, recordando que cada paso que damos nos acerca más a nuestro verdadero ser.
Autora: Lidia Chalaux