¿Alguna vez te has sentido manejado por una fuerza desconocida para ti, has hecho cosas que en otras circunstancias no habrías hecho? Si tu respuesta es sí, posiblemente hayas sido tomad@ por un complejo término Junguiano que define a “aquel conjunto de conceptos o imágenes cargadas emocionalmente que actúa como una personalidad autónoma escindida, en cuyo núcleo se encuentra un arquetipo revestido emocionalmente”.
Y es que los griegos supieron plasmar en sus dioses y mitos, las pasiones y emociones humanas, más que ninguna otra cultura. Y nosotros como sus descendientes directos, llevamos profundamente grabado en nuestro inconsciente colectivo y cultural estas formas de comportamiento. Es bien sabido que los griegos no tenían psicología, tenían mitos. Asi pues, todos conocemos a Hera la esposa de Zeus en su personificación de consorte divina, compañera y hermana de este en el Olimpo, pero ¿sabemos que pasa cuando se manifiesta la sombra del arquetipo y aparece la Hera ofendida?, ¿o la dulce Deméter, arquetipo de la madre cuando se manifiesta en su aspecto de mater terribilis?. ¿O Apolo Dios de la luz en su aspecto misógino e itifálico? Todos y cada uno de los arquetipos se expresan en sus dos facetas la numinosa y la sombría, no hay una sin la otra y es importante conocerlas ambas.
Ya que si no manejamos esta energía, ella nos posee y controla de tal manera que autonomiza y tal como decía Jung, somos tomados por ella y hacemos cosas que en otras circunstancias jamás hubiéramos hecho. En sus Consideraciones generales sobre la teoría de los complejos (1934) introduce la consideración de que todo el mundo sabe hoy que uno «tiene complejos» pero que es menos conocido que los complejos le tienen a uno. Toda constelación de complejos deja palpable un estado alterado de consciencia, una ruptura de la unidad de la consciencia dificultándose tanto la voluntad como la memoria. Un complejo activo nos reduce momentáneamente a un estado de falta de libertad, de pensamientos y actos obsesivos.
Por lo tanto conocer los mitos, entender cómo se manifiestan en nosotros y en nuestra cultura, es una tarea imprescindible para todo el que desee conocerse y conocer a los demás. Ya que como hemos dicho, los arquetipos se manifiestan a nivel personal (a través de los complejos) y a nivel colectivo (como características comunes de todas las culturas). Y “la tarea de cada generación, es comprender en forma diferente su contenido y efectos”.
Autora: Helena Villalobos